El kendo como tambien el resto del budo es un instrumento de autoconocimiento. Descontando las habilidades técnicas y preparación física el budoka se diferencia del deportista por su filosofía de vida y la calidad de interrelación con el entorno.
La persona reflejará las huellas del lento proceso llevado a cabo a través de los años de práctica, alimentado por las enseñanzas, actos de confianza perdurables como así tambien de las desepciones y desengaños, alegrías y tristezas provenientes de la práctica y del diario vivir.
El concepto de espiritualidad en el budo está enmarcado en una filosofía de vida que considera este aspecto como el objetivo último, en tanto que las prácticas, el sacrificio, la constancia, el desarrollo técnico, las competencias, los viajes de entrenamiento, el estudio, la lectura y la meditación son elementos indispensables para andar el camino, pero no constituyen la meta en sí mismas, sino apenas las herramientas a utilizar.